27 de octubre de 2009

Urgencias de la RSE

En el congreso sobre RSE organizado por la Fundación Carolina en Méjico de esta pasada semana, respondía a esta pregunta que nos lanzaba el moderador de la mesa, Josep Mª Lozano. A modo de síntesis respondía a esta pregunta con dos apreciaciones, una retrospectiva y otra más propositiva o de perspectiva de futuro.

Yo creo, dije en esa conferencia, que la RSE ha recorrido un camino extraordinario estos últimos diez años. Su desarrollo en todos los planos formativos: universitario, medios de comunicación, organizaciones sociales y consumidores, sindicatos y ONG’ ha sido muy fuerte y, sobre todo, su aplicación práctica en las empresas está resultando expansivo y prometedor. Pero una mirada al futuro nos exige revisar riesgos y corregir deficiencias. Estas son, a mi juicio, algunas urgencias del presente:

1º) Hemos asegurado que de la crisis económica y financiera que se inició en 2007/2008 saldría fortalecida la responsabilidad social en la gestión sostenible de los negocios. A primera vista así es. Pero no es seguro. Para muestra, ahí están las enormes resistencias a la reducción de bonos, primas y otras variables en remuneraciones tóxicas a directivos y la facilidad pasmosa con que se olvidan los buenos propósitos en cuanto la crisis parece atenuarse. Hará falta, pues una exigencia social intensa y permanente para que, efectivamente, la ecuación CRISIS-RESPONSABILIDAD SOCIAL, sea una consecuencia lógica de estos tiempos económicos que sufrimos.

2º) La RSE no está suficientemente presente en el discurso de las élites políticas, económicas y mediáticas. Se trata de que la RSE se incorpore a la Agenda Política de las grandes instituciones y de la nueva arquitectura económica-financiera que se está creando en una nueva gobernanza del mundo. La ecuación Estado-Mercado también está en revisión y la RSE debe ser parte fundamental de su conjugación.

3º) Las políticas públicas de fomento de la RSE son demasiado tenues y dispersas. Es necesaria la generalización y una cierta ordenación de las políticas de estímulo, regulación y fomento a la RSE, en cada país y territorios locales.

4º) La unificación internacional del Reporting en RSE sigue siendo imprescindible. La SEC en la bolsa norteamericana y la UE, están trabajando en la fijación de reglas claras y comunes sobre la obligatoriedad o no del reporting y sobre los contenidos mínimos y homogéneos de éstas.

5º) ¿Para cuándo un índice de malas prácticas empresariales? La experiencia nos demuestra que el desarrollo empresarial de la RSE se confunde con creciente frecuencia con el marketing de la acción social empresarial. Vivimos rodeados de “propaganda social” de las empresas. No cuestiono esa práctica, ni censuro el uso mercantil de la Acción Social. Pero me indigna la pretensión de confundir RSE con Acción Social y , sobre todo me rebelo, contra las prácticas irresponsables ocultadas tras la pantalla de la Acción Social. Sigo pensando que es conveniente para el impulso de la RSE, que las empresas sean sometidas al ojo crítico de la sociedad y que ésta denuncie prácticas empresariales censurables, insostenibles, inhumanas, ilegales o simplemente denunciables. Una crítica objetiva, justa, rigurosa, surgida desde organizaciones y medios serios nos ayudará a todos al desarrollo de una RSE auténtica e integral.


Diario Responsable, 26/10/2009